Un dia de Taxi
Mundos semióticos
Entre el productor del mensaje publicitario y su intérprete
se produce un consenso en virtud del cual ambos
aceptan compartir determinado mundo semiótico posible.
Este mundo semiótico posible está constituido por conceptos,
significados con los que se construyen los mundos y
desarrollan la común experiencia
El Día de un “Taxista de la ciudad de Bogotá”
Yulder Jiménez, Sept 2008
El mundo de los taxistas, es todo un fenómeno digno de estudios, toda vez que han creado toda una cultura alrededor de su oficio.
Un taxista de la ciudad de Bogotá en términos generales es un hombre de 35 años, descomplicado, alegre, bullicioso, de cabello no tan largo, no tan corto, que viste de una manera muy informal, colores variados especialmente en sus camisas, que ha terminado en este oficio “por desvare” víctima de la falta de oportunidades de una metrópoli que los ha recibido amable o bruscamente, porque como diría cualquier documento oficial, ellos en su mayoría son “vecinos de esta ciudad”.
Los autos amarillos que conducen, son para ellos un miembro más de la familia, los cuidados que obtienen por parte de sus “amos”, son motivo de celos de sus compañeras sentimentales.
Intentaré definir, desde su perspectiva, los símbolos más comunes que encontramos:
Carro. Así llaman ellos al vehículo que se utiliza para el oficio, que, aunque en la mayoría de los casos no es propio, ellos cuidan como a la niña de sus ojos; términos como “yo al carro no le niego nada”, son comunes entre el gremio cuando están reunidos en grupos,
Turno. Espacio de tiempo, generalmente de doce horas en el que toma el carro, para laborar.
Servicio. Cada una de las carreras que hace un taxista en su día de trabajo este término es más utilizado al interior de las compañías de taxi
Carrera. Es la razón de ser del taxista, una carrera es una venta.
Pasajero. Cliente del taxista, es su premio en la guerra del centavo.
Guerra del centavo. Término que define la competencia y que se ha convertido en un problema social toda vez que ha generado un comportamiento agresivo en alguno des miembros del gremio y de los transportadores en general.
Tinto y cigarrillo. Excusa perfecta para reunirse en algunos puntos estratégicos de la ciudad y hablar de las vivencias del día.
Caldo Parao. Es otro momento de reunión, generalmente nocturno, donde se distencionan del día a día
Varilla. Artículo que cargan en la parte izquierda de su asiento de trabajo y que se convierte en un arma contundente para defenderse de las posibles riñas que se le presenten en su trabajo.
Virgen del Carmen. Figura religiosa que utilizan como santa patrona y a la que le encomiendan su día de trabajo.
Radioteléfono. Artículo de comunicaciones que sirve para localizar carreras desde un operador de radio que previamente ha recibido un servicio, pero que en su jerga representa estatus, un carro con radioteléfono es de más nivel de uno que no tiene este servicio.
Taxímetro. Elemento medidor de tiempo vs precio, que se convierte en la manzana de la discordia entre conductor y pasajero, el segundo de ellos cree siempre que el taxímetro no está bien calibrado por lo que se genera la mentalidad que es por donde los taxistas lo roban.
Muñeco: Aparato que interfiere en el taxímetro agilizando el cuenta metros para que su carrera sea más lucrativa.
Chupa. Miembro de la policía de tránsito con autoridad, que se convierte en su enemigo, es quien lo controla y no lo deja trabajar tranquilo.
Chúcaro. Término despectivo, que les tienen a los miembros de la policía comunitaria que apoyan a los de tránsito, los cuales carecen de autoridad.
Gallos. Adornos personalizados que le dan unas “mejoras” al vehículo; entre los más utilizados son: carros a escala, muñecos de diferentes temas, un zapatico de bebé colgado al espejo, adornos que resaltan los avisos distintivos del taxi, llantas con rebordes pintados, figuras de diferentes santos, etc.
Galleta: problema que surge última hora y que inicia como algo insignificante pero que a la postre, demanda gran parte de su tiempo y esfuerzo.
Patrón: jefe, Dueño del taxi
Bajar bandera: Término utilizado para la primera venta (carrera). Esto tiene connotaciones psicológicas, toda vez que trae buena o mala suerte si se presentan unas condiciones especiales.
Historia de un día de taxista
5:00 a.m. Juan Carlos Buendía, vecino de esta cuidad, se despierta ante el chillido interminable del despertador de su celular, sabe que a las 6:00 en punto recibe el carro, un taxi Renault Symbol, modelo 2006, de manos de su compañero Pedro, quien ha trabajado toda la noche anterior; por lo que se levanta sin chistar.
Ayer fue un mal día apenas si reunió los $65.000 de cuota para el patrón, quien aparte de este tiene 4 carros más, después de todo por eso está “picho” en plata.
Se levanta gracias a un delicioso tinto que Patricia, su esposa, le ha preparado, acto seguido se ducha, se coloca un pantalón blanco y su camisa azul de puntos blancos, esa le va a dar suerte hoy desayuna, intercambia algunas palabras con ella y sale al encuentro con Pedro.
Hoy si voy a trabajar juicioso piensa mientras llega, no voy a ponerme a ir donde esas viejas que, a pesar que la pasamos rico y reímos, pierdo tiempo precioso. Llega al punto de encuentro, recibe el carro de manos de Pedro, quien le comenta los pormenores de la noche y sobre un pinchazo que tuvo, se toman un tinto en la panadería del barrio, terminan y cada uno coge por su lado. Ay se lo dejo tanqueado, dice antes de partir.
Juan Carlos sale con disposición, con energía positiva, se encomienda a su patrona, la virgen del carmen, seguro que ella no le va a quedar mal.
Da una vuelta al barrio, pero decide salir de el para bajar bandera cosa que ocurre inmediatamente, dos personas le sacan la mano una señora gordita de aproximadamente 55 años, y una señorita de mas o menos 25 con un escote muy pronunciado, él no lo piensa y le para a la segunda.
A donde la llevo señorita dice amablemente el taxista, al parque de la 93 responde ella, por la mente de Juan Carlos pasan mil cosas se pregunta como iniciar la charla con el fin de intentar conquistarla para sumarla a sus historias de taxi como diría Arjona.
Efectivamente entablan una conversación mientras llegan al destino, él encantado hace alarde de su caballerosidad le abre la puerta y termina por no cobrarle la carrera, cosa que ella agradece dándole un número de teléfono falso.
Ahora si hay que trabajar piensa mientras busca un nuevo cliente e inicia el día normal de trabajo, con sus ires y venires, los afanes del día, entre carreras y servicios completa buena parte de la cuota al terminar la mañana, un turno un tanto monótono, nada raro ha ocurrido, el radioteléfono le ha ayudado a conseguir esta meta.
Hora del almuerzo.
Si alguien quien almorzar rico, harto y barato, debe ir al sitio donde almuerzan los taxistas, estos se reúnen en unos restaurantes especiales y aprovechan para charlar, les gusta que les llene el plato, la sopa con hueso y repetir sobremesa. Luego va a donde doña Lupe, es el tintiadero más popular del sector de Chapinero, allí mientras se toma un tinto negro y se fuma un cigarrillo, hace alarde del radio que el mismo le compro al carro, después de todo el patrón no le mete un peso al pobre, además muestra las nuevas calcomanías que tiene el capó, todo porque son únicas, especiales.
Sigue con su trabajo y a eso de las 2:00 p.m. se va para donde sus amigas a distensionarse un rato, antes de llegar al sitio, se encuentra con el terror de cualquier taxista, se trata de un retén de chupas, cuando un chúcaro le hacen una señal de alto, este maldice en voz baja, se orilla y espera a que llegue el policía para el chequeo del caso, esta vez el operativo es para encontrar un “muñeco”, se hace la revisión del caso junto con dos policías comunitarios. La revisión dura 20 minutos, no encontraron el dispositivo que se encontraba junto al mando de las direccionales, el taxista suelta un suspiro de triunfo, le dan la vía y se va con una sonrisa de satisfacción.
Llega donde la mona, salón de belleza en el que se reúne con unas amigas para charlar y reír un rato, su saludo es de camaradería empiezan a entrar en ambiente y terminan por comprar trago. Una de “Guaro” manda a comprar e inicia una tarde contenta que a la postre hará cargar de culpas al pobre Juan Carlos.
5:00 p.m., el reloj, enemigo implacable, ha corrido rápidamente, el día se acaba y hay que buscar aunque sea el dinero de la cuota; sale apurado y empieza a buscar su nuevo objetivo, el afán y los tragos hace que se sienta acosado y empieza a buscar esas carreras que le salvarán el día, porque después de todo lo importante es el patrón. En una de sus correrías se pasa un semáforo en amarillo y casi ocasiona un accidente, hace que un carro frene bruscamente para no estrellarse con el taxi, como mecanismo de defensa, en vez de ofrecer disculpas por el error, busca pelea con el conductor del carro con el que tuvo el incidente, inicia un juego verbal, los ánimos se calientan y el taxista se baja con la barra que tiene para asegurar el manubrio del carro al pedal para cuando lo deja en un parqueadero, acto seguido amenaza al conductor del otro carro que, quien por evitar el conflicto, hace caso omiso al desafío y se va por un lado.
El trancón ya está formado, todos los demás conductores le pitan y algunos le alegan el hace gestos corporales groseros y sigue con su carrera.
Ya son pasadas las 6:00 p.m., hora de entregarle el carro a Pedro quien lo está esperando desde hace media hora, Juan Carlos le explica lo complicado del final del día y le entrega el carro con la misma frase con la que lo recibió, Ahí se lo dejo tanqueado.
Patricia recibe a su esposo quien con descarada tristeza, narra solo lo malo que le pasó en su día de trabajo aduciendo que ni siquiera la cuota se pudo completar, ella en su inocencia lo calma y le dice que no se preocupe, que Dios en su infinita sabiduría nos recompensa esos esfuerzo y que ya se recuperará ese tiempo perdido, el se escurre en el sillón empieza a mirar televisión y se despreocupa del nuevo “mal día” que le tocó vivir.